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Historia de Namarié

Capítulo 27: Una nueva guerra

– ¡Las órdenes están claras! ¡No hay mucho más que discutir!

La reunión se había caldeado más de lo habitual. Había que dividirse y los miembros no estaban de acuerdo con estas instrucciones. Una parte tenía que ir a luchar contra el nuevo mal. Y la otra tenía que viajar y hacerse al mar para luchar contra la Horda que se estaba acercando mucho a la frontera y el Puerto de Ventormenta.

Muchos estaban consternados por los acontecimientos. La vuelta de Alamuerte había supuesto una desgracia en muchos sentidos y estaban hartos de las continuas invasiones de la Horda. Unos habían perdido su hogar y otros a algún familiar. Se sentía el dolor, el miedo, el odio.

Capítulo XXVI: La llegada del Destructor

El tiempo había pasado lentamente pero cuando Namarié miraba hacia atrás parecía que todo había sucedido con demasiada rapidez.

La integración en Luz había sido sencilla y rápida; como todos se habían adaptado entre ellos parecía que pertenecían a esta hermandad desde siempre. Había hecho amigos de todas las clases y el maestro tenía la misma filosofía que siempre quisieron llevar a cabo en Alianza de Simbelmynë. Pero el trabajo era duro, muy duro.

Capítulo XXIV: El mundo de las mazmorras heroicas.

Tras el golpe que sufrió la hermandad con la marcha de algunos miembros, los que quedaron hicieron fuerza para seguir adelante y mostrarse optimistas. Entre otras cosas, decidieron reclutar gente que se encontrase buscando hermandad y que tuviesen los mismos conceptos claros y la misma filosofía que seguía la Alianza de Simbelmynë. Así que gente nueva se unió a sus filas tales como Belannaer el Druida Oso, Cupoftea la Pequeña Guerrera, Mysq el Pequeño Gran Mago o Pulpu un Drainei Chamán. Gente que en principio parecía humilde y que buscaba el bien común de todos sus compañeros. Fueron muy bienvenidos y pronto se amoldaron a la hermandad.

Capítulo XXIII: un final, un principio nuevo.

Al fin llegó el momento que estaban todos esperando. Habían alcanzado el máximo nivel y sabían todo lo que tenían que saber sobre su clase. Ésto, de una manera muy didáctica, porque lo duro estaba aún por llegar, la práctica diaria en diferentes mazmorras contra jefes de mazmorra cada vez más duros. Solo de ésta manera podían estar preparados para poder visitar el castillo de Karazhan, el Castillo de la Tempestad, la Guarida de Gruul, la Guarida de Magtheridon, la Caverna del Santuario Serpiente y, la más importante, El Templo Oscuro, donde reside el maléfico Illidan.

Fueron a Ventormenta donde les esperaban los maestros de clase de cada uno. Aunque primero se fueron a sus respectivos hogares a descansar y estar por un breve tiempo con la familia. Tenían que vestirse con sus trajes de aprendices de la manera más humilde posible.

Cuando se acercó la hora salieron de sus casas y se vieron en un punto intermedio. Pese a que ninguno coincidiría en su graduación puesto que los tres tenían maestros diferentes, habían decidido verse antes del momento para desearse suerte.

Capítulo XXI: Un caballo de Fuego

Al día siguiente Namarié estaba triste por la pérdida de su montura. Se sentía cansada por el esfuerzo físico del día anterior. Prácticamente todo el mundo sabía lo que había pasado. Sanatos y Ully estaban muy preocupados por lo ocurrido y en seguida fueron a preguntar a Namarié por su estado de salud y si podían hacer algo por ella, a lo que respondió:

– Solo necesito un caballo nuevo. Aquí los maestros de vuelo están muy lejos unos de otros por lo que caminar todo el tiempo retrasaría mucho mi progreso.

El joven Smash y el pequeño gnomo Dragonlanze escucharon sin querer estas palabras. Así que cuando Namarié terminó de hablar con Sanatos y Ully, se acercaron a ella a proponerle una nueva misión.

Capítulo XX: El límite hacia el Vacío Abisal

Las semanas fueron pasando rápidamente. El trabajo cada vez era más duro.

Tras haber pasado por todo el Bosque de Terokkar, Nagrand y Montaña Filospada, matando criaturas de lo más extrañas en comparación con lo que había visto en Azeroth, se encontraban en Tormenta Abisal.

Namarié estaba asombrada con Terrallende. Para ella era como un lugar mágico. Cada zona resaltaba por los colores que tenían, el cielo era totalmente distinto en cada lugar así como su historia.

Capítulo XIX: Ciudad de Shattrath (Segunda Parte)

… Continuación

Poco pudo dormir Namarié aquélla noche. Tenía demasiada rabia interior acumulada. No se sentía comprendida y tenía la sensación que nadie quería escucharla.

Cuando las primeras luces del alba se dejaron ver, salió a ver el amanecer. Sanatos ya estaba levantado, acompañado de su incondicional Ully y sus primos, Morpheo y Brook. Cuando éste la vio salir, se quedó mirándola fijamente, pero con semblante serio demostrando que aún seguía enfadado. Érebo todavía estaba dormido. No quiso saber nada de él desde la tarde anterior y ella ni siquiera salió a cenar con el resto de miembros de la hermandad, pese a que éste la esperaba. Así que avanzó hasta un lugar apartado, no demasiado alejado y donde pudiese ser vista, antes que nadie viniese a recriminarle si podía ir más allá o no. Sacó unos panes para desayunar tranquilamente y comenzó a comer. Pero pronto su tranquilidad se vio perturbada por una voz.

Capítulo XVIII: Ciudad de Shattrath (Primera Parte)

[…]Zangar es una zona tranquila que ha eludido la gran influencia demoníaca. Los innumerables lagos de la marisma y sus piscinas están limpias de cualquier contaminación, y la mayoría de los animales nativos y los hongos emiten luz fosforescente calmante. Sólo recientemente se ha estropeado ecológicamente de manera autónoma. Algo que está causando el hecho de que los niveles del agua caigan. Hay setas gigantes de la marisma que están muriendo, al igual que las criaturas que dependen de las setas para comer[…].