Al fin llegó el momento que estaban todos esperando. Habían alcanzado el máximo nivel y sabían todo lo que tenían que saber sobre su clase. Ésto, de una manera muy didáctica, porque lo duro estaba aún por llegar, la práctica diaria en diferentes mazmorras contra jefes de mazmorra cada vez más duros. Solo de ésta manera podían estar preparados para poder visitar el castillo de Karazhan, el Castillo de la Tempestad, la Guarida de Gruul, la Guarida de Magtheridon, la Caverna del Santuario Serpiente y, la más importante, El Templo Oscuro, donde reside el maléfico Illidan.
Fueron a Ventormenta donde les esperaban los maestros de clase de cada uno. Aunque primero se fueron a sus respectivos hogares a descansar y estar por un breve tiempo con la familia. Tenían que vestirse con sus trajes de aprendices de la manera más humilde posible.
Cuando se acercó la hora salieron de sus casas y se vieron en un punto intermedio. Pese a que ninguno coincidiría en su graduación puesto que los tres tenían maestros diferentes, habían decidido verse antes del momento para desearse suerte.